Por: Renata Fontanetto
Ciertas áreas de Brasil que antes estaban protegidas por barreras geográficas para la transmisión del dengue —como lugares remotos en la Amazonía Occidental, puntos de gran altitud en el Sureste y regiones del Sur—, hoy tienen mayor riesgo.
Así sugiere una investigación publicada en la revista Plos Neglected Tropical Diseases que estudió la propagación de los brotes de dengue en Brasil para comprender qué está acelerando la propagación de la enfermedad.
El hallazgo del estudio refuerza la importancia del monitoreo para que los gestores públicos diseñen estrategias de prevención, conociendo las zonas donde el dengue ya se detectó y están en riesgo de futuros brotes.
Según la investigación, el cambio climático, la movilidad global y el aumento de la urbanización son factores que contribuyeron a que las tasas de incidencia global de la enfermedad se duplicasen cada década desde hace 30 años.
El análisis recopiló datos desde enero de 2001 hasta diciembre de 2020, usó un modelo estadístico que calculó diferentes variables, y empleó notificaciones mensuales de casos de dengue para los 5.570 municipios brasileños.
“En áreas que no han tenido brotes anteriores, la gente no tiene inmunidad al virus. Si esta es la primera vez que el virus está presente en el área, los residentes se encuentran particularmente en riesgo”.
Sophie A. Lee, Centro de Modelado Matemático de Enfermedades Infecciosas, London School of Hygiene & Tropical Medicine
Además, registraron las temperaturas medias mensuales de cada localidad estudiada, el porcentaje de habitantes que vivía en áreas urbanas en cada década y la movilidad de las personas según cada ciudad por tamaño y vinculación con otras localidades.
“En áreas que no han tenido brotes anteriores, la gente no tiene inmunidad al virus. Si esta es la primera vez que el virus está presente en el área, los residentes se encuentran particularmente en riesgo”, señala Sophie A. Lee, primera autora de la investigación y científica del Centro de Modelado Matemático de Enfermedades Infecciosas de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.
El estudio alerta porque los cuatro serotipos del virus del dengue son endémicos de Brasil y, al tener un clima tropical y subtropical, existen condiciones favorables para la transmisión del virus a través de su vector más conocido, el mosquito Aedes aegypti, muy presente en regiones urbanas. Para reproducir y transmitir el virus, el insecto necesita temperaturas entre 17,8 y 34,5°C.
También existe otra especie común en ambientes rurales, Aedes albopictus, que, según otra investigación, puede estar involucrada en la introducción del dengue en estas áreas. Esta especie prefiere temperaturas más bajas (entre 16,2 y 31,4°C).
Al observar cuántos meses del año cada municipio tenía una temperatura promedio de entre 16,2 a 34,5°C, evaluaron si la temperatura influía en los cambios en el área de transmisión del dengue.
Los resultados indican que la barrera de transmisión geográfica se ha modificado en la última década. En el sur, en el área de transmisión ingresaron los estados de Paraná y Santa Catarina. En el norte, los estados de Acre y Amazonas tienen más riesgo de brotes y, en general, los límites geográficos de la región prácticamente han desaparecido.
Según la investigación, “los municipios que ya habían experimentado un brote tenían el doble de probabilidades de tener brotes posteriores”. En cuanto a conectividad y movilidad, el estudio identificó que las ciudades “con muchas conexiones de transporte aumentaron las posibilidades de un brote”, pues el mosquito podría ser transportado o un viajero podría estar infectado con el virus.
“Las barreras de transmisión del dengue se están erosionando muy rápidamente. Espero que los resultados puedan informar las políticas públicas, porque el control de vectores debe centrarse en áreas con riesgo de brotes futuros, así como en áreas que ya se sabe que tienen brotes, para tratar de evitar una expansión futura”, advierte Lee.
Extraido de https://www.scidev.net/