En algunos procesos de separación o divorcio, la lucha por la custodia puede llevar a uno de los miembros de la ex pareja a que intente hacer creer a los hijos que el otro tiene toda la culpa.
La razón primera no está en que una pareja quiera finalizar su vida en común, sino porque hacen cómplices a sus vástagos de los conflictos que genera la propia separación: uno de los miembros se siente víctima e intenta hacer creer a los hijos que el otro tiene toda la culpa. Esto podría enmarcarse dentro de una forma grave de maltrato psicológico y, por este motivo, es fundamental que los profesionales (abogados, pediatras, enfermeras, médicos o psicólogos) que atiendan a la pareja o a los hijos estén alerta para detectarlo a tiempo y animar a los padres y madres a buscar ayuda terapéutica.
SAP: una entidad controvertida
El SAP nunca ha sido incluido en ninguna edición del DSM de la Asociación Americana de Psiquiatría ni tampoco en la CIE de la OMS
Descrito por el profesor de psiquiatría Richard Gardner en 1985 para referirse a lo que él puntualizaba como un desorden psicopatológico, el síndrome de alienación parental (SAP) nunca ha tenido el apoyo de la comunidad científica, que siempre ha esgrimido la falta de datos y de los criterios metodológicos científicos necesarios. Incluso desde la misma Asociación Americana de Psicología (APA), en su momento, expresó su preocupación por el uso de este término.
De hecho, el SAP, como entidad clínica, ha sido rechazado por distintas sociedades científicas de todo el mundo, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la APA. No ha sido incluido en ninguna edición del ‘Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales’ (cuya última edición es la quinta, el DSM-V) de la Asociación Americana de Psiquiatría, ni tampoco en la ‘Clasificación internacional de enfermedades’ (CIE) de la OMS, ya que los expertos siguen considerando que necesita más investigación.
¿Un síndrome falso?
Las continuas desavenencias y peleas por la custodia pueden provocar en los más pequeños problemas de distinta índole
En el artículo ‘La lógica del Síndrome de Alienación Parental de Gardner (SAP): Terapia de la amenaza’, de Antonio Escudero (psiquiatra), Lola Aguilar (pediatra) y Julia de la Cruz (cirujana genera), publicado hace unos años en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, señalan que, a pesar de que esta entidad se ha introducido en los juzgados con el argumento de tratarse de un nuevo trastorno clínico, consideran que no lo es, que no es una entidad médica ni clínica, y solo puede entenderse como modelo teórico de una disfunción familiar dentro de un contexto legal.
Los autores reconocen que tiene repercusiones dentro del sistema legal español, aunque no ha mostrado ninguna capacidad discriminatoria entre los abusos y malos tratos verdaderos y los falsos; el riesgo de cambio de custodia ante una sospecha de un posible SAP (sobre todo en mujeres víctimas de violencia de género) incrementa la desprotección de los hijos; la vigilancia estrecha de los niños y del posible individuo alienador rompe el vínculo fraternal; y la confianza de los pequeños hacia los adultos como figura protectora se ve menoscabada, entre otros.
De hecho, estos mismos autores advierten de la contradicción que puede darse ante un diagnóstico de SAP y cambio de custodia: puede ayudar a crear condiciones favorables para que se desarrolle un segundo SAP, solo que inverso contra el progenitor diagnosticado como alienador y sobre el niño, pero esta vez legalizado y tutelado por un especialista. En realidad, son muchas las voces que reclaman que hasta que la comunidad científica no lo reconozca como entidad clínica, el SAP no tendría que ser utilizado en los juzgados.
