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San Valentín y Contaminación Plástica

¿Día del Amor y la Basura?

San Valentín, o mejor conocido como el día de los enamorados, tiene una larga tradición que se remonta a cientos de años atrás que hoy en día ha llegado a convertirse en el reflejo de una sociedad consumista. Puede ser catalogado como el día favorito de muchos y el más celebrado, pero ¿qué estamos celebrando?

 

La tradición de celebrar el 14 de febrero nace de un acontecimiento en la Antigua Grecia donde se dedicó un día en el cual se llevaban ofrendas al dios del amor, Cupido, para honrar su presencia y ser partícipe de sus dones. Sin embargo, hemos perdido la noción de respeto a llevar esta festividad de la mano de los gestos románticos y nos hemos hundido en deseos banales materiales, mismos que hoy gobiernan el día al punto de parecer estar vacío sin su presencia.

 

Flower shops import tons of flowers from South America.

 

 

El amor es un concepto sumamente subjetivo, mismo que no se nos ha enseñado a ver su real potencial. Vivimos en un mundo desconectado, en el cual mostrar un afecto de amor es regalar un peluche, flores cortadas, artefactos materiales y más, pero ¿porqué lo hacemos?

Por costumbre propia, claro. Lo vemos, lo aplicamos, lo repetimos, y así lo hemos seguido haciendo por años, sin pensar en el impacto que presenta para nuestro entorno.

San Valentín no es un día malo, ni lo es el como se busca representarlo, pero debemos hacernos responsables de cómo lo celebramos y compartimos con nuestros seres queridos.

Algunos datos que tal vez no sabías (y está bien no saber) es que el 14 de febrero, por sí solo, representa un aumento de 9 millones de kilogramos de CO2 extra, aparte de la cantidad “normalmente” liberada.

 

Cargo Plane Loading Flowers.

Avión de carga transportando flores.

 

La costumbre de regalar peluches, flores cortadas como rosas, cosas envueltas en plástico, globos y una cantidad infinita de
objetos velan por quedarse en nuestro medio ambiente entre 100-500 años. Objetos fabricados en países en desarrollo (casi siempre) donde se explota la mano de obra bajo un salario menor al mínimo obligado; todos esos regalos que, en la tienda, en el aparador pueden lucir fascinantes, cargan consigo una línea de producción batida de dolor, cansancio, destrucción y contaminación. 

Si vas a regalar o participar en cualquiera de los siguientes artefactos, piénsalo
dos veces, por ti y por el planeta:

 

  • Globos: tarda en degradarse 450 años
  • Popotes y bolsas de plástico: tardan cerca de 500 años en degradarse
  • Vasos de plástico de un solo uso (¿cafés?): tardan entre 400-450 años en degradarse
  • Brillantina o decoraciones pequeñas: desde su creación son microplásticos y así se quedan en el ambiente por cientos de años
  • Flores cortadas: su línea de producción es de las más contaminantes, ya que muchas son importadas de su país de origen y crecen en invernaderos generados por gas natural liberando miles de kilogramos de CO2.

Celebrar y dedicar un día al amor, en todas sus infinitas formas que tiene para manifestarse, no es malo, al contrario, lo deberíamos hacer cada uno de los días del año. Sin embargo, tenemos que empezar a responsabilizarnos de nuestras acciones, de nuestras inversiones y de los desechos que generamos en ignorancia bien intencionada.

Extraido de https://plasticoceans.org/

 

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